Cuando los versos parecen hilo, sobran los colores.
En esta octava edición de Cosmopoética, los versos de Góngora entran a formar parte del ADN de la ciudad.
Galatea


Tuve que perseguirle por varios países pero justo cuando nos acercábamos planeando a Libia pude atraparlo...
Aparte de la cuestión más o menos literaria de las notas al margen de página, como en los códices medievales que evocaba Domingo Sánchez-Mesa, – el título de esta sección también se refiere los cuatro notas en el media center de Soledades 2.0: Sergio, Fouad, Álvaro y osfa. Nos preguntan si estamos haciendo la web del evento, pero más bien, en nuestra opinión, estamos intentando extender el evento al territorio del imaginario de la red… Confiamos en que este no-tan-extravagante-agenciamiento Góngora-cíberpoesía no sólo siga vivo en las mentes y/o los cuerpos de los asistentes y participantes, sino también que continúe vivo y se vaya desplegando, poco a poco, en el cuerpo-mente-territorio de la www…

Han jugado con los límites: el límite temporal solapado al del absurdo, el asíncrono y el ambiguo y todo cobra sentido, sin que Góngora llegue a transformarse del todo en un Avatar. "Aquellos que antaño fueron magos ahora son arquitectos", se puede leer en la obra 'Universo molécula', de Isaías Herrereoi, que encontramos en la cibermuestra. Sí, son arquitectos, poetas, ciberpoetas, poetas performativos, informáticos, profesores... y han construido un albergue en el Centro de Arte Pepe Espaliú a lo largo de estos días, dentro del cual emprender el peregrinaje por la poesía en toda su potencialidad a través del ciclo 'Soledades 2.0. No moderno artificio'.
Nada más entrar, se advierte el 'buenos días' de Pepe el fabuloso, el supervisor de la sala. Los ordenadores se hacen hueco entre las distintas salas e invitan a abandonarse más que a encontrarse, a dejarse seducir por ese conjunto de estímulos que agitan los sentidos y sobrecojen. Un recorrido individual cambiando de ojos y de oídos al tiempo que uno deambula y pasa de Alan Bigelow a Alison Clifford o Dorothee Lang. Hay que caminar despacio hacia la playa, respirar entre obra y obra para disfrutarlas plenamente. Conforme uno avanza, comienza a comprender que no sólo se expone a la ciberpoesía, sino que entra a formar parte de lo que allí sucede, que la ciberpoesía es una experiencia culmina en el visitante, que toma sentido a partir de él, cuando se coloca los cascos y fija la mirada en la pantalla. La fascinación de un primer momento se convierte pronto en expectación. Después, cada cual escoge sus favoritos. Él mío era Billy Collins. Este 'medialab' se convertía no solo en punto de partida hacia la ciberpoesía, sino en lugar de encuentro, en hogar de peregrino, habitable, a nivel individual o grupal.
De los talleres para alumnos de instituto, impartidos por un Luis Gómez paciente y entusiasta, quedaron poemas que combinaban la frialdad del moderno artificio con el que eran generados, un programa inventado por Eugenio Tisselli, con la frescura de la voz de los diecitantos. Algunos de ellos pueden encontrarse en la web oficial del ciclo. Distintos artistas compartieron visión y experiencia en este campo a lo largo de las distintas mesas redondas y su concepción de la ciberpoesía quedó recogida en las videocapsulas con las que el equipo de Hackitectura fue nutriendo la web. Osfa, Fouad, Sergio y Álvaro también dejaron su huella en ese clima tan peculiar que se respiraba en el albergue desde su receptáculo, casi a modo de cueva, dentro, pero fuera, a la vista de los más curiosos, entre su concentración y sus bromas.
Pepe tiene 63 años, pero confiesa que siempre le echan diez años menos, unos 52, y que él, que está a punto de cumplir los 64, suele contestar que tiene un par de años más de los que la gente ve en él. Cuenta que conocía a Góngora por su trabajo, porque tenía una foto del poeta al lado suyo, pero que nunca había leído nada de él. "Lo conocía sólo de la foto, porque soy poco aficionado a leer, la verdad", admite. Ahora se pasea por el Centro de Arte Pepe Espaliú, entre ordenadores y ciberpoetas, indicando a los supuestos peregrinos cómo realizar el camino. Saluda amablemente a los visitantes y rápidamente se dispone a invitarles a que tomen un folleto. Le explica cómo están organizadas las distintas salas y qué papel deben leer antes de internarse en la sala correspondiente. Y después sonríe.
Las mañanas de sábado necesitan inaugurarse de manera especial, porque aún quedan resquicios de sueño y bostezos acumulados que hacen que el sol y los ojos no terminen de despertarse. El ciclo 'Juan Bernier, la mirada del siglo' se proponía proseguir la labor comenzada anteriormente desde bien temprano. Apenas a las 10 de la mañana, Juan Antonio Bernier, ahora profesor de la Universidad de Sofía, Bulgaria, sobrino-nieto del poeta del que toma apellido, nos invitaba a adentrarnos por la cara menos conocida del mismo para encontrarnos con la persona, con el outsider, que se buscaba y no terminaba de encontrarse en la realidad de su tiempo.
El albergue que ha quedado instituido en la calle Rey Heredia nº1 está lleno de genios homenajeando a un maestro de una manera muy peculiar, casi excéntrica, que dirían algunos. No se trata sólo de una relectura actualizada de las 'Soledades' de Luis de Góngora como regalo por su el 450º aniversario. Es crear un universo paralelo de la poesía en potencia. Y eso puede llegar a ser algo brillante y muy marciano, pero sólo puede llegar a serlo si lo componen genios. Desde los chicos de Hackitectura que se ocupan de la web a los distintos artistas que han pasado por las mesas redondas o los talleres de por la mañana, a cargo de Luis Gómez, desde las obras de la cibermuestra al aplomo y firmeza de José García Obrero y Antonio Jesús Luna, los que entonan el 'mea culpa' de estas 'Soledades 2.0. No moderno artificio' con las que se demuestra que Córdoba cuando quiere y le dejan puede llevar a cabo verdaderas propuestas revolucionarias de calidad. La tarde del viernes nos traía a Javier Fernández, Belén Gache, Miriam Reyes, Eugenio Tisselli y Ricardo Domeneck. El impacto también conlleva al silencio. Desde el Cosmoblog, os remitimos a su propia crónica particular en la web de 'Soledades 2.0', porque ellos son autosuficientes y no se podría hacer mejor.



Esta tarde a las 20:00 se ha inaugurado 'Cosmoarte. Versos grabados, Córdoba en la poesía universal', una exposición que estará en la Biblioteca Municipal Central (Lepanto) hasta el día 10 de abril. En mi fugaz visita de esta tarde (me esperaba una segunda misión en la Sala Orive) me pareció una propuesta interesante, en la que habrá que detenerse a disfrutar más calmadamente. Una visión de Córdoba y Andalucía por parte de poetas cordobeses y de otras latitudes (llama la atención Jorge Luis Borges), combinada con grabados realizados por el taller de Grabados de RivasVaciamadrid. Alguna vez he oído que el grabado no es una técnica muy apreciada por los cordobeses. Desconozco si es así. En todo caso, es un buen estímulo para demostrar lo contrario...Recomendable.
La ciudad parecía respirar por sí misma. Cualquiera podía darse cuenta de ello con tan solo abrir la ventana después del desayuno. El aire transportaba una energía especial y se colaba por debajo de las ranuras de las puertas para invitar a los habitantes de la ciudad a salir a la calle en busca de ese algo, que era el buen tiempo, pero no sólo eso, que tiene mucho que ver con lo que es la poesía en Córdoba, y que hacía vibrar el ambiente en una mañana de domingo.
erotismo.
(Del gr. ἔρως, ἔρωτος, amor, e -ismo).
2. m. Carácter de lo que excita el amor sensual.
3. m. Exaltación del amor físico en el arte.
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Vértebro teatro nos propone en esta edición de Cosmopoética 2011 aprender a observar para poder vernos y ver a los otros, contemplar lo poético del mundo a partir de pequeños elementos. Este grupo, que nace a finales de 2007 y que reafirma con esta ¿pieza? su compromiso ante el hecho teatral, rompe con los roles de público/actores para hacer que todos seamos intérpretes al mismo nivel durante algo más de una hora.