sábado, 19 de marzo de 2011

El mundo de los 30 cuerpos

"Ponéos cómodos". Así daba inicio el espectáculo.

Más que espectáculo, podríamos decir que se trata de una experiencia, de un proceso de creación colectiva donde se mezcla la poesía con las artes escénicas y el lenguaje del cuerpo. 30 cuerpos para construir conjuntamente otro mundo agudizando todos los sentidos que existen o, incluso, si hace falta, inventando otros.

Vértebro teatro nos propone en esta edición de Cosmopoética 2011 aprender a observar para poder vernos y ver a los otros, contemplar lo poético del mundo a partir de pequeños elementos. Este grupo, que nace a finales de 2007 y que reafirma con esta ¿pieza? su compromiso ante el hecho teatral, rompe con los roles de público/actores para hacer que todos seamos intérpretes al mismo nivel durante algo más de una hora.
La experiencia se transforma en individual e íntima, pero compartida. Quizás esa sea la premisa de este grupo de jóvenes que recibían en la puerta de la Sala Orive a aquellos que se acercaban y pedían participar minutos antes de las 21 horas. Una lista de 30 personas para formar parte de un viaje por la arquitectura del cuerpo. Bucear en lo humano para descubrir los otros mundos que hay en éste.

Después, cuando todos aplauden y piensan que podrían haber permanecido en ese medio ambiente un buen rato más, los 30 cuerpos se miran de manera diferente y se despiden de los actores, que huelen a canela, chocolate y cascabeles, con un beso o un abrazo.

Es difícil hablar de una experiencia sensorial a 30 cuerpos sin desvelar las sorpresas que les deparan a aquellos que decidan unirse a la iniciativa de Vértebro teatro en las próximas sesiones, que tendrán lugar en distintos centros cívicos (consultar programación). A ellas se recomienda llegar unos 15 minutos antes para dejar su nombre y hacerse con un huequito en ese otro mundo, que no es sino un intento de reinventar el concepto 'hogar' a través de la poesía. ¿El compromiso de los asistentes? Estar dispuestos a sentir, a compartir.

Los susurros se entremezclan con los sonidos de la naturaleza y las luces tenues para componer la escenografía, en la que predominan el negro y el blanco. Muy pocas veces la Sala Orive ha albergado tantos haces de luz diferentes, con distintas tonalidades y matices, que a la vez huelen y suenan.

El mundo de los 30 cuerpos se volverá a reinventar en distintas ocasiones a largo de las próximas semanas y cada vez será un mundo distinto, si bien compartirá el gérmen: la poesía como medio de autoconocimiento, como acción social, como posibilidad de otros universos.

Los 30 cuerpos ya no se vuelven a mirar de la misma forma cuando se encuentran por los bares. Su otro mundo queda en la suela de los zapatos.


Galatea



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Espectáculo mediocre, vacío de contenido y con una iluminación poco trabajada. Los desnudos son presentados de una manera muy vulgar y soez y sólo buscan provocar a la sesión golfa y cuartelera del Teatro Góngora de Córdoba. Una vergüenza. Una estafa de entrada.

Anónimo dijo...

Me parece una vergüenza que haya gente que no tenga ningún reparo en enseñar en público sus órganos genitales y hacer con ellos un tratamiento pornográfico del espectáculo. Además deberían avisarlo en la puerta de entrada para evitar que las familias pudieran entrar con sus niños a la sala.