domingo, 20 de marzo de 2011

La elección del erotismo: lo explícito vs. lo implícito


erotismo.

(Del gr. ἔρως, ἔρωτος, amor, e -ismo).

1. m. Amor sensual.

2. m. Carácter de lo que excita el amor sensual.

3. m. Exaltación del amor físico en el arte.



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Hay muchas formas de hacer que el erotismo se apodere de la poesía, distintas maneras de trasladar el lado más físico del amor al poema o, más bien, a la poesía en escena. Cosmopoética apostaba la noche del sábado 19 por un binomio antitético de poéticas de lo erótico y sensual entre las que se establecía una dialéctica de lo explícito frente a lo implícito y sugerente.

Por un lado, Poet-Eros, que inició su intervención con el sonido de un orgasmo femenino extraído de una película porno, acompañado de una batería de imágenes X de mujeres desnudas, y, por el otro, el espectáculo poético-musical 'No vengas esta noche', de La Catrina, al frente de la cual se alza Rafael Espejo, que optaban por la estética del amor sexual del día a día.

La Sala Orive, decorada con velas y pétalos de flores, comenzaba a llenarse ya a las 21horas. Después, el rojo y el negro hicieron el resto. La propuesta de Virginia Fuentes, Laura Ortiz y Rebeca Natalia Vega llevaba al escenario poemas de distintos poetas cordobeses, como María Pizarro, Mertxe Manso o Pilar Sanabria, entre otros, con tacones altos, leggins rotos y corsés. Hubo un intento de cruce de piernas a lo 'Instinto básico' que se quedó en eso, en intento. También hubo una escena de una bailarina bebida tambaleándose en el escenario. Varios 'puta madre' por ahí, en medio del discurso, y versos como "Sí, criminal, sin la valentía suficiente para matarme", "como la puta que soy cuando me imploras que nunca deje de amarte" o "como si se tratara de un artículo de lujo que nunca compras porque sabes que te pertenece".

En cualquier caso, dejaron poco a la imaginación en todos los sentidos. El espectáculo se tornó como una sucesión de clichés, de situaciones prototípicas que lejos de ensalzar lo erótico de la mujer la desvirtuaron al nivel más bajo. Lucieron una estética de lo burdo y lo soez a la que no pudieron salvar los montajes audiovisuales de poca calidad, con imágenes pixeladas, ni la música de la que acompañaron el espectáculo, mal engarzada y nada propicia para la representación, también tópica. Eso sí, volcaron toda su pasión en el escenario y llenaron la sala. Celebraron su hazaña con luces parpadeantes de discoteca y destapando una botella de champán, alzando copas después. Quizás su mayor logro fue su gran poder de convocatoria, porque hubo muchos aplausos pero también hubo quien no aplaudió y quien abandonó la sala antes de que acabara el espectáculo. Las 'Poet' de Eros' se decantaron por la poética de lo explícito. La valoración de lo que de sensualidad hay en ello queda al gusto del espectador.

Algo más tarde, hacia las 23 horas, aparecía La Catrina en el escenario. Rafael Espejo y lo que él denominó "una panda de frikis" comenzaron a rearmar el espacio para reiventar el ambiente. Ellos optaron por quedarse en lo implícito, lo latente, lo sugerente, y establecer un diálogo entre el amor y el dolor cuya figura más representativa no podía ser otra que la catrina, una calavera femenina con sombrero y rizos, que da nombre al grupo. Tras presentar a Alberto Guerrero, Jao Bonilla y Mr Monti y señalar que las ilustraciones eran de un Gonzalo cuyo apellido no recordaba (Gonzalo Moca), perfilaron su 'Autoretrato', al que seguió la canción 'Los pechos de mi novia'. También ellos hablaron de sexo, pero desde la cercanía de lo cotidiano y lo común. Ahí estaba su canción 'Porno casero' y las bromas continuas entre ellos acerca de sus preferencias en la cama. Uno no sabría si decantarse por los versos, la música, la genialidad de las ilustraciones o por el buen rollo que transmite la banda, con su estética alternativilla y su toque canalla. "Hagamos el amor palpando sombras", se escuchaba en la voz de Rafael Espejo, que hacia la mitad de la actuación aseguraba: "Os diré que esto no tiene moraleja". Pero hicieron un paseíto por la psicodelia, interpretaron una 'canción de bajonazo', unieron 3 poemitas en 'Tres manzanas' y concluyeron con 'Canción mientras me alejo en tren', dejando al público con la emoción a flor de piel o de paraguas.

A lo mejor hubo una confusión con los títulos, porque quien ahondó en el juego de la dialéctica entre Eros y Tánatos, entre el amor sexual y la muerte, fue La Catrina.

La poesía erótica también tiene que elegir, como el público.


Galatea



Nota: Este post admite comentarios y críticas. Serán bienvenidos y bien contestados.

3 comentarios:

Verónica dijo...

A lo mejor el problema no está en lo implícito o lo explícito sino en la calidad de las propuestas, parece intuirse que la primera propuesta estaba más improvisada que la segunda.

El erotismo, siempre tan polémico ;)

José García Obrero dijo...

También del sitio, hora y marco de la actividad. La de la Catrina si encajaba en Cosmopoética un sábado por la noche en un espacio como Orive. Poet Eros, en mi opinión, encajaría en otros marcos, otro día de la semana y en otro espacio.

Anónimo dijo...

En definitiva, Circe no vale ni para la contraportada del Penthouse.

Odiseo.-