domingo, 10 de abril de 2011

La reivindicación de la voz

La tarde comenzaba en un entorno muy andaluz, con sillas de enea bajas y macetas por las paredes. Pese al fulgor, predominaba el color azul. El Patio del espacio Cultural, situado en Rey Heredia, 22, se tornaba como la reivindicación de una Capitalidad Cultural merecida, respaldada esa tarde, por un lado, por la tradición, con la presencia de Pablo García Baena y la presentación de la 'Poesía Completa' y el 'Diario' (ed. Pre-Textos) de Juan Bernier, publicaciones con las que la ciudad trata de pagar una deuda a ese poeta olvidado y que ahora busca hacer suyo y reconocer como parte de su identidad, y, por otro, por el presente poético, de la mano de La Bella Varsovia, a cuenta de quien corría en esta edición de Cosmopoética la publicación de la Colección Cosmopoética de Poesía Internacional.

"Un día grande que tiene que ser abierto por el más grande", se comentaba acerca del hecho de la presencia de Pablo García Baena ('Su Majestad don Pablo García Baena,' según La Bella Varsovia) para rendir homenaje a Juan Bernier desde la pasión y el rigor. Para ello, se reunían en la mesa Pedro Ruiz, Daniel García Florindo y Juan Antonio Bernier. Con la edición de la 'Poesía completa' de Juan Bernier se recupera ese legado literario, esa 'memoria poética'. Se trata de una poesía que hace al hombre y descubre su intimidad, que resulta hoy increíblemente moderna y nos ofrece la oportunidad de devolver a Bernier su discurso más exacto. Por otra parte, Juan Antonio Bernier precisaba que la literatura española estaba de enhorabuena con la publicación del 'Diario de Juan Bernier', donde "quien habla es Juan" buscando en la escritura el (re)conocimiento del yo. "Yo quiero más a mi tío después de leer el Diario", sentencia Juan Antonio, y considera que también los lectores querrán más a su tío después de su lectura.

Unos minutos más tarde este patio andaluz cambiaba de tono. Elena Medel comentaba que parecía un chiste el hecho de que se encontraran situados en un tablao flamenco personas de procedencia tan distinta. 'Dejar atrás el agua. Nueve nuevos poetas cubanos' y 'Fronteras del lenguaje. Antología (2005-2011)', de Uljana Wolf, veían la luz. Preciosas portadas las de estos libros, colocados estratégicamente sobre la mesa, para hacerle un hueco a voces no escuchadas. Fruela Fernández y Juan Antonio Bernier presentaban esa antología que recoge a nueve poetas y que nos trae la poesía cubana más reciente. Karel Bofill ponía rostro al resto de sus camaradas y nos traía la musicalidad de otra patria y sus ojos y "la extraña tristeza en que crecimos".






Vladimir Morales, un físico interesado en todas esas fuerzas e interacciones que dan complejidad y universalidad a la poesía de la misma manera que lo hacen con la física, ha sido el encargado de traducir los poemas de Uljana Wolf para compilar 'Fronteras del lenguaje. Antología (2005-2011)'. Escuchábamos la voz de la autora acompañada por la sonrisa de Vladimir, que sonreía y asentía, como quien de repente es capaz de ver de cerca algo que sólo antes existía en las fotos.








De Rey Heredia pasábamos a recorrer unas cuantas calles más para llegar hasta la Fundación Antonio Gala. Es todo un clásico de Cosmopoética que los poetas del cosmos asalten la Fundación para también hacerla suya. José María Gala nos daba brevemente la bienvenida a la Fundación para ceder después la palabra a los distintos autores. Comenzaba María Rosal. Con ella, la esperanza se transformaba en la vía para romper con la miseria moral. Esta cordobesa, a la que le gusta cambiar de tono para ver la realidad desde distintas perspectivas, terminaba su intervención con un par de poemas de tono irónico. Con Marcelo Uribe llegó la pintura y los recuerdos de un álbum familiar muy peculiar. Su intervención fue breve, porque Marcelo sabe que la fuerza reside en el instante ("vio como la guerra vino y se fue", no hace falta decir más para desgarrar cuerpos). Con el poema 'Última función' cedía el turno de palabra a Lêdo Ivo, que dejó un tanto sorprendido a Juan Carlos Mestre al anunciarle sin previo aviso, allí, justo en escena, que sería él el que recitara sus poemas en español. Su poesía nos dejó a todos absortos por ser sumamente precisa, pues "la verdad no puede ser dicha". La patria de Lêdo Ivo no se encuentra en ningún idioma, ya que "ninguna lengua puede ser patria" sino se trata ésta de una "patria sin lengua y sin palabras", que nos devuelve a la tierra.

"También para nosotros corren malos tiempos", precisaba Juan Carlos Mestre haciendo alusión a los poetas antes de su intervención. Después se levantó, se colocó junto al atril y cogió su acordeón. Nos preparamos entonces para cualquier cosa. A través de la escenificicación de la voz y de la música, los poemas de Juan Carlos Mestre tomaron cuerpo. El momento más emocionante fue cuando dedicó uno de ellos a Blanca Andreu, porque, según aseguraba, de no ser por haber leído su libro, habría sido panadero, como su padre. Tras su intervención, el público rompió en aplausos. Juan Carlos se sentó, siguieron los aplausos. Volvió a levantarse y dio las gracias llevándose la mano al pecho. Por último, cerraba esta lectura Juan Manuel Roca, cuya 'Poética' tiene que ver con la palabra 'coyote'. Con sus poemas nos adentra en el mundo de las estatuas inválidas, de las estatuas de bronce, con una brillante maestría y precisión en el lenguaje. 'Biografía de nadie' ponía el punto y final a esta sucesión de voces en búsqueda de oídos cómplices.


Galatea


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