lunes, 11 de abril de 2011

El hombre del paraguas tiene barba o bigote...

Fotografía: Lola Araque

Siempre ha estado ahí pero nadie había advertido su presencia. El hombre del paraguas tiene barba, es silencioso y discreto. Realmente suelta el paraguas casi todo el tiempo, tanto que parece no llevarlo nunca consigo. Aunque le gusta, jamás se pone el bombín en público, quizás por timidez, para no llamar la atención, de modo que es difícilmente identificable -precisamente lo que él quiere-. A simple vista puede parecer despistado pero es consciente en todo momento de lo que sucede a su alrededor. De hecho habita el espacio entre lo que puede suceder y lo que finalmente sucede, de manera que sin él en ese espacio las cosas serían de otra manera, quizás peores, con seguridad distintas.

Lleva camisa, normalmente de media manga. Está preparado por si hay que echar una mano (dar un consejo, coger sillas...). Silencioso. Su presencia tiene algo de inquietante: cuando llegas a algún sitio él ya está allí. No lleva bici, pero se desplaza de manera mágica por la ciudad (quizás vuela bajo un paraguas como Mary Poppins...). Cuando no es así, se mueve con inteligencia por las calles de Córdoba, podría llegar a cualquier sitio con los ojos cerrados. Camina levemente inclinado y siempre tiene preparada una sonrisa o un gesto amable cuando advierte tu presencia, aunque sea la tercera vez que te ha visto ese día. Ocupa el espacio con milimétrica discreción, con prudencia, con mesura...tanta que a veces parece que ya se ha ido cuando de repente aparece para solucionar algún imprevisto. Se acerca, apoya la palma de su mano en tu antebrazo para susurrarte con delicadeza cualquier cosa irregular que él ya ha visto y tú no. De repente desaparece del espacio y se oculta entre la gente de nuevo, en la sombra.

Le gusta el fútbol. Sorprendentemente, es del Madrid...quizás el único motivo que le haría discutir con alguien. Si fuera un jugador del fútbol no saldría en las portadas pero el equipo se derrumbaría sin su juego. Si tuviera que elegir entre poesía y fútbol le pondrías en un aprieto.

Le gusta pasar los domingos en familia. Lee el periódico con extremada tranquilidad y suele comentar la entrevista, el reportaje o el artículo que ha leído con verdadera pasión. Tiene una trabajada capacidad crítica. Un amante de la cultura y la literatura. Habla de poesía con verdadero conocimiento, aunque no lo reconocería nunca. Lo es que seguro es que no sería capaz de recitar un verso en público. Su prudencia se lo impide.

Siente cada verso, cada acto, como suyo. Si algo no sale como él esperaba, hay menos afluencia de la prevista...lo pasa mal. Es un tipo serio con su trabajo pero quizás simplemente porque pone amor en lo que hace. No se va a casa hasta que está seguro de que todo marcha de manera adecuada. Y entonces, cuando llega el momento de disfrutar el trabajo bien hecho, ya está pensando en cómo hacer las cosas el día siguiente.

Trabaja en 'la otra Cosmopoética', lejos de los micrófonos y las entrevistas. Sin embargo sin él nada sería igual... Es el hombre del paraguas.

'El hombre del paraguas' podría ser Javier Lucena, Manuel Pérez o Manuel Rueda. Su trabajo, su dedicación a Cosmopoética, su amor a la poesía...ingredientes indispensables para conseguir el éxito alcanzado por Cosmopoética8. GRACIAS...

Polifemo dixit...

2 comentarios:

Chary Serrano dijo...

Enhorabuena a esos otros hombres del paraguas

Anónimo dijo...

Mi más sincera enhorabuena !!