Entrar en la Facultad de Filosofía y Letras supone algo mágico. Puede que me equivoque y sea sólo el cariño a un espacio, la experiencia personal de más de once años transitando sus pasillos y viviendo mil y una experiencias. Sea como fuere, no es atrevido pensar que cualquier persona que traspasa el portón, después de cruzar el empedrado de la plaza Cardenal Salazar, sufre cierta sensación de cambio, una suerte de extrañamiento especial. Sus galerías y postigos nos hablan. Cada patio tiene una historia que contarnos o que ocultar. Las aulas, cuya historia quizás guarda numerosas muertes, han acogido miles de existencias con una sensibilidad distinta, sin saberlo menos interesadas en su futuro que en aprender de esa visión humanística de la vida. 'Filosofía' ha sido verdaderamente un espacio de convivencia -esa palabra que tanto gusta en determinadas esferas- un hogar propicio, cálido -a veces demasiado- para las letras, para el arte, para la literatura. No obstante, se hace necesaria AQUÍ AHORA la pataleta:
Entristece ver como las dos propuestas de ayer por la mañana llenaban el Aula Magna. Sí, entristece. Y es así porque el resto del año la propuesta académico cultural de la Facultad de Filosofía y Letras no obtiene semejante respuesta. Ayer, poco después de las 12:00, Pilar Adón, Arnau Pons y Andrés Neuman nos deleitaban con un interesantísimo coloquio-taller titulado 'Otro sentidos'. La poesía y los sentidos, la escultura, la pintura, quiasmas...sinestesias. Asistencia: más que satisfactoria. A continuación el Aula Magna se llenaba para escuchar poemas de Katerina Rudcencova, Cees Noteboom, Juan Manuel Bonet, Coral Brach y el propio Andrés Neuman. El resto del año, desgraciadamente, el Aula Magna...desierta. Los mismos estudiantes que no suelen acudir, estaban hoy presentes...
No podemos poner en duda la labor de determinados organismos-departamentos de la UCO y la Facultad de Filosofía y Letras. De hecho, los alumnos deberían reflexionar al respecto. La asistencia a determinadas propuestas deja mucho que desear; iniciativas y congresos especialmente interesantes, diseñados con trabajo y esfuerzo...donde a veces no hay receptor posible, sólo butacas vacías y silencio...El saber se pierde por el camino, la palabra no encuentra receptor.
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